Las prácticas de investigación continúan sin reconocer la multiplicidad de puntos de vista, experiencias y conocimientos de las diversas personas involucradas en los procesos investigativos, pasando muchas veces por alto los significados que las personas dan a sus propias vidas y a la realidad, y silenciando así las interpretaciones subjetivas. En este blog compartimos algunas reflexiones sobre la metodología desarrollada en el marco de un proyecto sobre el Derecho a la Ciudad con mujeres indígenas en Guadalajara, México. Pensar la investigación como un sistema vivo, compuesto por numerosos engranajes movilizados por el trabajo colaborativo, puede ayudarnos a investigar de forma más consciente y responsable, escriben Azucena Gollaz y Marina Cadaval.

En 2022, iniciamos un proyecto de investigación enfocado en comprender las principales barreras que enfrentan las mujeres indígenas profesionistas para acceder a los bienes y servicios en las ciudades, especialmente aquéllos relacionados con la educación superior, el trabajo y la movilidad. Nuestro punto de partida fue la exclusión sistémica por razones de género que existe en las metrópolis latinoamericanas, y en particular la discriminación por cuestiones de raza que se vive en Guadalajara, Jalisco, México. El proyecto fue financiado por el International Institute of Social Studies – Erasmus University Rotterdam (ISS-EUR).
En el marco del proyecto, trabajamos con cinco mujeres indígenas profesionistas: E.B. (Rarámuri) del estado de Chihuahua, A.G. y S.G. (Ñoo da´vi) y N.O. (Zapoteca) del estado Oaxaca, y D.E. (Totonaca) del estado de Veracruz. Todas nacieron o se mudaron a Guadalajara en donde se han involucrado en acciones específicas para construir espacios urbanos diversos y equitativos. En nuestros diálogos, individuales y colectivos, problematizamos el concepto del “Derecho a la Ciudad”. Desde una perspectiva feminista interseccional, buscamos comprender y cuestionar las limitaciones que enfrentan las mujeres mientras viven y se mueven en las ciudades, en especial con relación a las estructuras de poder de género, de raza y de clase social. Juntas buscamos nuevas formas de entender y transformar tales realidades. Uno de nuestros acuerdos comunes fue la pertinencia de resaltar los aportes que las mujeres indígenas profesionistas realizan para la transformación de los espacios urbanos como participantes activas, en lugar de mirar exclusivamente las barreras que enfrentan.
Esto nos llevó a reflexionar sobre nuestro proceso metodológico de manera más amplia, y pensamos en el concepto de “engranajes colaborativos” como una analogía de un mecanismo que pone en marcha formas innovadoras de hacer investigación mientras se actúa frente a los problemas sociales. En nuestro proyecto, esta premisa se materializó trabajando con mujeres comprometidas a pensar críticamente sobre cómo crear espacios urbanos culturalmente diversos y equitativos. Los diferentes contextos, profesiones, posiciones y entendimientos sobre el Derecho a la Ciudad de cada una de nosotras, fueron los puntos de partida y fortalezas para construir nuestros argumentos y propuestas comunes. Este enfoque es lo que consideramos una metodología transformadora, que también se puede utilizar para revelar los aportes de las personas que son menos reconocidas, tanto en las redes colaborativas como en los procesos de investigación. Para nosotras, el reconocimiento, el cuidado y el respeto fueron factores esenciales para movilizar un sistema vivo de producción de conocimiento.
Engranajes transformadores
El engranaje inicial fue nuestra conexión como dos mexicanas haciendo doctorado en el ISS-EUR en los Países Bajos. Como colegas y amigas pudimos compartir y discutir nuestros proyectos académicos en múltiples ocasiones. Las dos hemos trabajado con metodologías feministas. La investigación de Marina se basa en la colaboración, el respeto y el cuidado y la de Azucena en el valor de las experiencias encarnadas de las mujeres para transformar los espacios y las movilidades urbanas. Nuestros intereses comunes nos llevaron a desarrollar el proyecto “El Derecho a la Ciudad y las Mujeres Indígenas: Mapeando el Racismo”.
Posteriormente, el engranaje siguió avanzando con el apoyo de la Prof. Karin Arts (ISS-EUR) quien se unió y nos ayudó a materializar la iniciativa. La experiencia de la Prof. Arts como investigadora y su asesoramiento puntual guiaron nuestras reflexiones generales y ayudaron a consolidar el marco conceptual. Su asistencia en la navegación de los procesos institucionales (administrativos) también fue importante.
Al mismo tiempo, las trayectorias, conocimientos y perspectivas de cada una de las cinco mujeres indígenas profesionistas con las que interactuamos constituyeron bases invaluables para dar forma y re-direccionar la investigación. E.B. es estudiante de la licenciatura en Diseño Urbano y forma parte de NUCU (Nuestras Culturas), un colectivo de estudiantes universitarios de comunidades indígenas y afromexicanas. A.G. obtuvo una licenciatura en Ciencias de la Educación y S.G. tiene una licenciatura en Administración de Empresas. Ambas forman parte de los colectivos JIU (Jóvenes Indígena Urbanos) y ÑOI, Cultura en tus Manos, un colectivo de mujeres indígenas. N.O. cursó la licenciatura en Historia y la maestría en Género y Desarrollo; trabaja como bibliotecaria en la universidad estatal. D. E. es licenciada en Pedagogía y tiene una maestría en Investigación Educativa; trabaja en una entidad pública que coordina y promueve políticas públicas para el desarrollo sostenible de los pueblos indígenas de Jalisco.
Transformar también significa actuar
El movimiento de los engranajes ha sido sostenido por los aportes y esfuerzos conjuntos de todas las colaboradoras del proyecto. Cuatro acciones y productos específicos resultaron del proceso metodológico. 1.- Un artículo colectivo para el blog Resistencias y Mujeres Profesionistas Indígenas con propuestas concretas para construir ciudades inclusivas y diversas. 2.- La creación y publicación de los mapas de movilidad urbana y experiencias de cada participante en Carftofem 3.- Este texto que todas revisamos y acordamos todas, y 4.- Un artículo académico coescrito.
Elementos que seguir reflexionando
Identificamos varias complejidades en el proceso de llevar a cabo una investigación colaborativa y contextual. La academia en general no considera suficiente tiempo, materiales y recursos financieros para desarrollar prácticas basadas en las experiencias de las comunidades indígenas. Por ejemplo, tejer redes, iniciar y mantener diálogos, reflexionar, repensar los matices derivados de escuchar y colaborar con las participantes de la investigación; escribir, validar borradores con cada participante, traducir entre diferentes idiomas y considerar las zonas horarias. Todo ello requiere mucha atención, tiempo y recursos económicos que no corresponden a los plazos y a los presupuestos académicos.
Sin embargo, si bien es un desafío, la colaboración desde y a través de la diversidad también es un proceso de aprendizaje y una contribución a las metodologías feministas y transformadoras. Las metodologías transformadoras deben implicar una forma respetuosa y solidaria de producir conocimiento que asegure que los contextos y las realidades se representen desde múltiples perspectivas. Es por ello que todas las participantes y colaboradoras fueron reconocidas y tuvieron injerencia en los procesos y resultados de la investigación. Para nosotras, este es solo el primero de una serie de engranajes necesarios para generar una forma alternativa y necesaria de realizar investigaciones y transformar las prácticas académicas actuales.
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About the authors:
Azucena Gollaz Morán is a PhD researcher at the International Institute of Social Studies of Erasmus University Rotterdam and an Associate Professor at ITESO University. Her research interests focus on gendered embodied experiences, gendered mobilities and sustainable cities. She has specialized in mobile feminist mapping methods to understand gendered and intersectional geographies of exclusion. Azucena is currently conducting research about Gendered and Intersectional Embodied Daily Urban Mobilities Experiences in Guadalajara, Mexico. More information about the project can be found at: https://cartofem.com/en_us/.
Marina Cadaval Narezo is a Mexican PhD candidate in Development Studies at the International Institute of Social Studies -Erasmus University Rotterdam (ISS-EUR) in The Netherlands where she also completed a master’s degree in Social Policies for Development. Her action-research passion around the tensions of gender, race and class in education policies derive from her involvement in the first graduate scholarship programs in Mexico aimed at indigenous people. She is interested in producing knowledge from a collaborative and feminist perspective considering diversity and care as main values (https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-82654-3_7). She has also participated in several selection committees in higher education and advised educational policies.
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